¿Qué es lo que puede sentir un bebé en el vientre materno?

La frase “la paz del vientre materno” es falsa. El bebé (feto en esos momentos) no está aislado en un mar de tranquilidad… Pero  tampoco tiene todos los sentidos desarrollados y algunos terminan de desarrollarse una vez que comienza la vida semi-independiente fuera de la madre.

 

Lo primero que está presente es el sistema nervioso central, que es básico para poder recibir e interpretar los estímulos que se reciban. Se comienza a formar durante el primer mes de vida intrauterina, cuando todavía se le llama embrión.

 

El oído ya está desarrollado en la semana 25 del embarazo o gestación. El feto está rodeado de sonidos: el corazón de su madre, así como sonidos del tracto digestivo, su voz. La voz de la madre es muy importante para el feto, por ejemplo se ha visto que los fetos se calman cuando la escuchan (basados en la frecuencia cardiaca, que disminuye). Al nacer, prefieren escuchar la voz de la madre que cualquier otra, sobre todo si esa voz suena como el feto la escucha en el útero, que es más baja y apagada. Tiene mucho sentido… si pensamos que casi todos preferimos nuestra voz según la escuchamos nosotros, que cuando la oímos grabada. ¡Son bastante diferentes! El sonido de otras voces, incluyendo el padre y sus hermanos, no tiene el mismo efecto. Sí aprenden a diferenciar la tonadita de su lengua natal y la distinguen fácilmente después de nacer. Incluso, distinguen el ritmo de algunos poemas o cuentos que su madre les haya leído o recitado antes de nacer.

 

El olfato y el gusto también están presentes en el útero: el bebé puede reconocer el olor de su madre y de su leche; se cree que es por ser similar al olor del líquido amniótico en el que vivió 9 meses. Las papilas gustativas se desarrollan entre la séptima y octava semana y se cree que en la semana 14 ya es capaz de distinguir diferentes sabores (dulce, amargo, agrio).  Y los bebés tienden a aceptar con mayor facilidad el tipo de comida que su madre consumió durante el embarazo. También tiene un efecto similar la leche materna, porque algunos sabores se pueden transmitir por medio de ella.

 

La vista se termina de desarrollar después del nacimiento. Los ojos se forman en el primer trimestre, pero están cerrados hasta el séptimo mes. Con ultrasonido han podido ver que parpadean y que el parpadeo es más frecuente mientas más se acerca el nacimiento. Sin embargo, el bebé no podrá ver correctamente: su visión es borrosa y sólo puede enfocar cosas cercanas. Al nacimiento, los ojos tienen todo lo necesario para enviar señales al cerebro, pero el cerebro todavía no puede procesar bien la información. Es hasta los 8 meses de edad que su vista se parece ya a la de un adulto.

 

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El sentido del tacto se desarrolla por partes: a las ocho semanas después de la concepción (o sea unas 10 después del último periodo) ya tiene receptores del tacto en el área de la boca. Pero es hasta la semana 22-24 que podría sentir presión, por ejemplo, porque es entonces cuando ya están listas las conexiones nerviosas entre la piel y el cerebro.

 

El momento en que un bebé puede sentir dolor es un tema de controversia, porque en algunos lugares se usa para determinar la semana de gestación máxima en la que se puede permitir el aborto. No hay respuesta certera, pero se ha visto que bebés prematuros, de 23-24 semanas, pueden sentir dolor. Otros estudios muestran que las terminales nerviosas que transmiten dolor están presentes y activas en fetos entre las 18-20 semanas. Esto se sabe por intervenciones (como transfusión de sangre) que se han hecho a fetos y se ve que la frecuencia cardiaca y la presión sanguínea se incrementan, y se segregan hormonas relacionadas al estrés. Y si se usa un tranquilizante tipo morfina, esta respuesta disminuye. Sin embargo, otros estudios han demostrado que las conexiones nerviosas que transmiten dolor no están completamente desarrolladas sino hasta la semana 26; algunos otros estudios concluyen que esto pasa hasta la semana 29. Estos estudios son necesarios no sólo en referencia a la legislación sobre el aborto, sino a las intervenciones que se deban hacer a los fetos; si sufren dolor, se debe encontrar medicamentos que lo disminuyan pero que no afecten al organismo de otra forma. 

 

Los otros dos sentidos son el vestibular y el prioceptivo. El prioceptivo permite distinguir los movimientos de partes del cuerpo, así como la posición del cuerpo y partes del cuerpo en el espacio. Requiere la integración de la información enviada al cerebro desde las terminales nerviosas en músculos, tendones y articulaciones. Gracias al sentido prioceptivo podemos sincronizar movimientos y controlar la velocidad y fuerza del movimiento de nuestro cuerpo. Este sentido es el que nos permite saber, por ejemplo, si tenemos los pies cruzados debajo de la mesa. El sentido vestibular es el del equilibrio y la orientación, además de detectar movimiento. Está relacionado al prioceptivo, al tacto, a la vista y depende mucho del oído interno, que es donde se percibe la posición del cuerpo con respecto a la tierra (acostado, parado, inclinado). Estos sentidos existen en el útero, de hecho se estima que el sistema vestibular ya está formado  en la semana 27-28 de gestación. Por ejemplo, se ha visto que los bebés de bailarinas que siguieron bailando durante el embarazo, necesitan que los mezan más vigorosamente para dormirlos que los bebés de mamás menos activas. Ambos sentidos se siguen desarrollando después del nacimiento y también requieren que los músculos, tendones, etc., se fortalezcan. Se cree que el gatear favorece un buen desarrollo de ambos sentidos.

 

¿Te has fijado en un bebé y cómo se relaciona con el mundo a su alrededor? Está aprendiendo… y este aprendizaje comienza desde antes del nacimiento.

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